¿Cómo acabamos montando este lío?

Esto no es solo un bar, es una historia

Todo empezó con unas copas de más y muchas ganas de hacer algo distinto. De los bares de siempre cogimos lo mejor: la tapa caliente, la charla de barra, el vino sin etiqueta. Y dijimos: “¿y si lo montamos a nuestra manera?”. Así nació La Desahuciada, con el morro fino y los pies en la calle.

¿Qué significa La Desahuciada?

El nombre no es postureo, es declaración de intenciones. Aquí no hay trajes ni copas de 20 pavos. Los desahuciados somos nosotros, los sabores olvidados, los vinos que nadie entiende (pero todo el mundo acaba amando). Este bar es para los que no quieren lo de siempre.

No somos un gastrobar, ni lo queremos ser. Servimos vino poco intervenido porque es honesto. Cocinamos como se hacía antes porque no creemos en las prisas. Y si suena un DJ los miércoles, es porque el queso y la cecina también se bailan. Esto va de disfrutar, sin reglas.

Lo que queremos que sientas

Que entres y te sientas como si ya nos conocieses. Que repitas. Que te tomes algo que no esperabas. Que te rías, que hables, que vuelvas. Que esto no sea solo un bar al que viniste, sino un sitio del que hablas. Porque al final, todos necesitamos un lugar que nos entienda sin decir ni mu.

Lo que queremos que sientas

Que entres y digas “joder, qué gusto”. Que repitas. Que te tomes algo que no conocías. Que te rías, que hables, que vuelvas. Que esto no sea solo un bar al que viniste, sino un sitio del que hablas. Porque al final, todos necesitamos un lugar que nos entienda sin decir ni mu.